Este artículo, publicado en la Revista Espiral. Cuadernos del Profesorado en Marzo de 2019, muestra un estudio exploratorio acerca de los principales problemas que aquejan a los músicos y las formas de afrontarlo desde el aula de Saxofón que siguen los docentes; así, se ha podido comprobar que, a nivel pedagógico, la escasez bibliográfica queda justificada por la falta de importancia didáctica que se le da en el aula.

Se relaciona el desarrollo de la ansiedad escénica con la pérdida de autoestima, lo que repercute en la educación del alumnado a un nivel general. Respecto a los estudiantes de música, vemos que hay estudios que cifran en torno al 20% las tasas de abandono de los estudios musicales debido a los problemas de ansiedad escénica. De la población que continúa, entre el 40-60% ven empeorada su actuación, bien sean estudiantes en la etapa universitaria bien ya egresados ejerciendo por lo tanto como profesionales de la interpretación musical (Dalia, 2004). Ante esta problemática se discuten las posibles terapias que podrían implementarse en el aula; de entre todas ellas se destacan, por su eficacia y por la facilidad a la hora de aplicarlas, la técnica de la respiración.
La ansiedad es un problema que afecta a un gran número de personas en nuestra sociedad. Como profesionales de la música, concretamente del Saxofón, y como personas mismas, es un problema que debemos tener en cuenta y participar en lo posible en su solución. Existen varias técnicas para su control, técnicas que están en nuestras manos y que debemos conocer para aplicar, en la medida de lo posible, en nuestra aula. La aplicación de la relajación y sus técnicas pueden ser un recurso para atenuar el estrés (ansiedad); la utilidad de la relajación se basa en que conduce a la consecución de un estado de reducción de la activación general del organismo lo que puede suponer beneficios en la salud física y psicológica (Choliz, 1995). En este artículo se habla de la ansiedad y de una de estas técnicas de control, la respiración diafragmática.
Para el control de la ansiedad podemos utilizar las técnicas de relajación, todas ellas vinculadas a la respiración. Mediante estos recursos podemos ayudar al control y al autocontrol de la ansiedad en aquellas personas que lo necesitan. La mayor parte de las técnicas de relajación que se utilizan en la actualidad se inspiran en dos técnicas desarrolladas a principio de siglo: la relajación muscular progresiva de Jacobson en 1938, y el entrenamiento autógeno de Schultz en 1931.
Experimentar ansiedad al enfrentarse a un público, ya sea conocido o desconocido, es algo inherente a la práctica musical. De la misma manera, muchas actividades, como la realización de exámenes, el hablar en público, la práctica deportiva o la interpretación en danza o arte dramático pueden generar en muchos individuos altos grados de ansiedad (Kenny, 2011).
Spielberger (1972, Op. Cit. en Ortiz, 2009) fue el primer autor en definir con claridad los componentes de la ansiedad, diferenciando entre ansiedad rasgo y ansiedad estado. La primera es un rasgo relativamente estable de la personalidad que nos predispone para la actividad diaria; la segunda, corresponde a un estado emocional transitorio que aparece cuando el individuo interpreta como amenazante la situación a la que se enfrenta en ese momento.
Se ha demostrado que personas con una ansiedad rasgo elevada tenían menor rendimiento en audiciones que personas de rasgo más bajo (Kenny, 2011). Si, como hemos dicho, la ansiedad en escena es inevitable y puede ser incluso beneficiosa para la interpretación, lo cierto es que, pasado un cierto grado, el músico puede experimentar un miedo persistente y angustioso en un contexto público (Kenny, 2006).
Ante la gran importancia del problema de la ansiedad escénica debemos actuar y prestar atención al alumnado, por ello debemos estar capacitados y lo suficientemente preparados para ayudarlos. En esta misma línea conocemos que el funcionamiento del aparato respiratorio es de gran importancia para el músico, ya que es el mecanismo encargado de proporcionar el almacenamiento del aire y de su posterior expulsión con una determinada presión. Este aire es la materia prima que acabará convirtiéndose en sonido, en el caso del Saxofón, por la acción de una lengüeta simple. El desarrollo de la respiración y su aplicación en la interpretación musical de los instrumentos de viento, necesita de un aprendizaje y práctica especial, ya que no es suficiente con la respiración que empleamos para mantener nuestras constantes vitales. De este modo, Frederiksen (1996) afirma que en el día a día no es necesario pensar en cómo respirar correctamente. Por lo contrario, para una actividad más específica como tocar un instrumento, el conocimiento de la respiración puede ser benéfico.
La calidad y cantidad de nuestra respiración influirá decisivamente en el nivel de nuestra técnica de ejecución: en el caso de los instrumentistas de viento, se necesita el aire como perfecto soporte de la Música que se interpreta y, para ello, debe estudiarse el control de la respiración en todos sus conceptos, desarrollando al máximo todas sus posibilidades. Según Mansión (1947), el estudio de la respiración es, pues, la base de la técnica vocal; sería vano tratar de suprimirlo, ya que ello equivaldría a construir sobre arena. Y, en el caso de los instrumentistas, también es la base de la interpretación con su instrumento.
Burba (1997) manifiesta que la respiración es importante, ya que es un sistema que ayuda a la provisión de energía, que hay que producirla y distribuirla. El músculo más importante sobre el que hay que conseguir el mejor control es el diafragma. Cuando se realiza una inspiración profunda, éste desciende para dejar lugar a los pulmones que se están dilatando. Durante la espiración o expulsión del aire, el músculo diafragmático recupera su estado natural produciéndose de forma inversa a la inspiración, esto es: presionando sobre la parte inferior de los pulmones y contribuyendo, con ello, al vaciado de los mismos. El papel del diafragma es el de émbolo o pistón que moviliza el aire de la respiración, pero colabora también de un modo muy activo en los procesos circulatorios y digestivos.
En nuestra vida cotidiana, aprendemos a realizar multitud de actividades importantes para nuestro desarrollo personal; sin embargo, no se nos enseña a controlar nuestra respiración como algo fundamental en la jornada escolar, obviándose sus beneficios para la expresión y, sobre todo, el control de los impulsos y las emociones. Numa (2002) indica que los instrumentistas de viento tienen que ver la respiración como la base fundamental para el trabajo, es el proceso que proporciona la materia prima principal, recordemos que sin aire no se podrá (de ninguna manera) producir el sonido. Del mismo modo, Olazábal (1998) afirma que es el propio aire contenido en el instrumento, el cuerpo sonoro, y no el propio tubo en sí, a diferencia de las cuerdas musicales que ellas mismas constituyen el cuerpo sonoro.
Por último, según Ruibal y Serrano (2001), el dominio de una correcta técnica de respiración diafragmática tranquiliza el sistema nervioso y equilibra nuestra energía vital. Por ello, es fundamental para el saxofonista conocer y mejorar su capacidad respiratoria, puesto que ésta le facilita una mejora del autocontrol mental que le permite mantener un mayor grado de relajación durante las pruebas de acceso a otros grados, a orquestas, en conciertos y en el aula. Este autocontrol y esta relajación, harán posible la mejora del rendimiento y la calidad de los solistas y conjuntos instrumentales. Así pues, contando con dicha importancia del proceso respiratorio para el músico de viento, toda técnica que pueda suponer un mayor control de la columna de aire (resultado del proceso respiratorio y productora del sonido) será bien recibida por el músico.